En tu web qué prefieres tener,
¿clientes o mirones?

Parece que la respuesta es obvia, sin embargo la mayoría de páginas web están llenas de textos que invitan a las visitas a marcharse a comprar en la competencia

¿Es la tuya de este tipo?

Si la respuesta es NO, te felicito sinceramente.

Pero si eres de ese gran porcentaje de profesionales que no dominan la redacción persuasiva, te interesa seguir leyendo.

¿Sabes en qué se diferencia una web que recibe mirones,
de otra a la que llegan clientes?

El texto es uno de los pilares básicos de una web, aunque la mayoría de negocios se centran sólo en el diseño y las visitas.

Algunos ni eso.

Y la verdad es que un buen diseño sin un texto convincente no hace que vendas más.

Con un diseño mediocre y un texto de andar por casa no conseguirás vender casi nada, aunque tengas un buen producto.

Los milagros se producen en Lourdes, no en Internet.

Ya puedes pagar para recibir todo el tráfico del mundo. Estarás tirando el dinero.

Si estás aquí buscando un copywriter es porque sabes que los textos de tu web no son los más eficaces.

A menudo mis clientes se encuentran con las siguientes situaciones:

  • Pensaban que al abrir su web su negocio empezaría a funcionar en “modo automático” y con el tiempo se han dado cuenta de que Internet es enorme y son invisibles. 
  • Gastan dinero en ADS y campañas de venta que mejoran sus visitas, pero no aumentan sus clientes ni sus ventas. 
  • No saben qué información compartir ni en qué lugar.

El cliente que llega a tu web está buscando una solución que tú puedes ofrecerle.
Pero no quiere que se la tires a la cara.

Antes de comprar quiere saber que eres tú quien ofrece la mejor solución, por qué, y quién hay detrás de tu producto. Además necesita que se lo cuentes de la manera que más le convenza y le genere confianza.

Cuando consigues conectar con su problema se quedan a ver qué les puedes dar para solucionarlo.

Cuando consigues que se imaginen con tu producto en sus manos, compran.

Es sencillo. Y no es magia.
Es copywriting.

Pero ojo, esto es un tema honesto. No se trata de vender humo.

Deja que te ponga un ejemplo:
 Alguna vez he comentado con amigos por qué nos gusta tanto ir al bar de la plaza. Típico bar Manolo, con barra de metal y el suelo plagado de servilletas de papel y huesos de oliva, pero con una terraza donde tomar el solecito y quintos fresquitos siempre a disposición.

Nos encanta porque es un sitio honesto.

Con honesto me refiero a que no tiene aspiraciones de ser nada que no es. Es auténtico. Lo que ofrece es lo que es y por eso siempre volvemos ahí.

Si lo comparo con sitios que no considero honestos, te puedo hablar de entradas a locales que simulan un castillo hecho con cartón piedra, o sitios súper chic donde la cerveza cuesta el doble de cara y no saben hacer croquetas.

Y esto es algo que ocurre también con los textos de las páginas web que visitamos cada día.

¿No te da la impresión de que algunas tienen un tufillo repetitivo?

“somos una empresa multidisciplinar”, “nuestro mayor objetivo es la completa satisfacción del cliente”, “alcanzamos los máximos estándares de calidad en la ejecución de nuestro servicio”

Nadie quiere textos de cartón piedra, ni “croquetas caseras” que saben igual que las congeladas del súper.

Para que eso no le pase a tu web, si decides trabajar conmigo, encontraremos la voz de tu proyecto siguiendo un riguroso proceso de trabajo.

Para escribir los textos de tu negocio online, primero tengo que conocerlo tan bien como si fuera mío.

Hablando con tu voz, transmitiendo tu mensaje de la forma en que a tu cliente le guste recibirlo. Soy copywriter y ese es mi trabajo.

Pero…. ¿quién narices soy yo para escribir nada tuyo?